martes, 13 de octubre de 2009

NOMBRAMIENTO DE CABALLERO DE SANTA MARÍA DE GUADALUPE



El pasado día 12 de Octubre, fiesta de la Hispanidad, fui nombrado Caballero de Santa María de Guadalupe. Mi Padre, Manuel Pérez Regordán llevaba 40 años acudiendo a esta cita, y hace unos años pronunció una conferencia en el Monasterio, coincidiendo con el III er. centenario del Camarín de la Virgen, sorprendió a muchos pues dio a conocer la vinculación entre Guadalupe y Arcos de la Frontera, pues una duquesa de nuestra ciudad, Doña María de Guadalupe, de Alencaster y de Aveiro está enterrada allí, su corazón reposa en una arqueta de plomo debajo de la misma Virgen. Esta señora dio muchos fondos para la construcción y manutención del Real Monasterio, para él fue un gran honor su nombramiento como caballero, al igual que para mi el seguirle, y he podido ingresar en esta real asociación con los mismos distintivos de mi Padre, mi Madre estaba muy emocionada y contenta al verme desde las rejas que nos separaban del público en el mismo templo.
En el año 1992, me encontraba con mi Progenitor haciendo un reportaje en el Monasterio e hice unas fotografías del altar mayor, el cual tenía la dificultad de la iluminación, para mi no me valían las luces de tungsteno que lo iluminaban, pues me producería efecto de espejo en las pinturas desde el punto donde yo decidí tomar la fotografía y me daría una dominante cromática, con las luces apagadas la expocisión en la cámara debía durar un minuto, así lo iluminé yo mismo, pero con la cámara en expocisión y golpes flash, con distinta angulación para que las pinturas no proyectasen brillos sobre el objetivo, no disponíamos en aquella época del photoshop, no se podía corregir un fallo y tampoco me podía permitir desplazarme a más de 400 km por un error de cálculo, la seguridad que yo tenía era la confianza que habían depositado en mi y aun así tenía mis dudas, pues era un chaval de 21 años, pero ya me conocían un reportaje anterior sobre el sepulcro de la duquesa de Arcos y el Padre archivero, D. Sebastián me propuso que fotografiase el altar mayor, dándome facilidades, algo que no es usual para un foráneo.Mi sorpresa fue mayúscula cuando al año siguiente me solicitaron la fotografía para publicarla en la portada de la Revista GUADALUPE y traducida para un montón de países, me enseñaron tres cajas de fotografías, pero la que más gustaba era la que yo realicé. Acababan de nombrar al Real Monasterio de Guadalupe Patrimonio Mundial de la Humanidad y decían que esta foto era la apropiada para anunciar al mundo un evento como ese. Para mi lo más bonito fue ver a mi Padre lo contento que estaba, sé que para él fue como sí la Virgen nos hubiese acariciado.
El año pasado cuando fuimos a la misa que se ofrece por los caballeros difuntos en el año, mi hermana y yo nos emocionamos cuando al pisar el escalón de entrada a la Basilica sonó el organo interpretando Virgen del Valle, de nuestro paisano D. Vicente Gómez Zarzuela, en el mes de noviembre cuando lo normal, a lo que estamos acostumbrados en las tierras andaluzas es que se oiga en Semana Santa. Pregunté después que si sabian que Gómez Zarzuela era de Arcos y me contestaron que no y que todo fue casualidad. A mi Padre era la marcha funebre que más apreciaba, e incluso me contó como el compositor murió escuchando esta misma sinfonía de unos tunos, que en principio aparecieron debajo de la casa armando jaleo..., pero cuando les reprendieron por que en la ventana de arriba estaba D. Vicente muriéndose, comprendieron y comenzaron a tocarla, cuando acabaron les dieron las gracias y les anunciaron que el compositor había muerto escuchando su música. Cada vez que me contaba esto se emocionaba, pues él presenció éste hecho.

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